En las azoteas, en los balcones de las torres de departamentos, incluso en una vía férrea en desuso: lo suecos han descubierto su pasión por la jardínería urbana como una forma de producir alimentos fescos y volver a entrar en contacto con la naturaleza.
Como parte de un movimiento global, un creciente número de habitantes de ciudades suecas está cultivando en invernaderos y parcelas, o aprovechando los jardines públicos que han emergido en los que fueran espacios industriales o de oficinas.
“Al usar las azoteas podemos crear ciudades con mayor biodiversidad”, afirma John Block, quien se dedica a dar paseos guiados por el Jardín Botánico en la Azotea de Augustenborg, en Malmö. Con una extensión de más de 9 mil 500 metros cuadrados sobre los bloques de oficina del gobierno local, el jardín es más que sólo un espacio bonito, asegura: “Con la ayuda de estas nuevas áreas verdes, estamos desarrollando un mejor entorno urbano, gracias a la capacidad que tienen de enfriar el aire y reducir la presencia de contaminantes”.
Inspirado en el Highline de Nueva York (un jardín construido sobre una vía férrea elevada), y también en el Prinzessinnengarten de Berlín (un terreno baldío recuperado), un barrio en Estocolmo ha convertido una vía del ferrocarril abandonada en un espacio comunitario para cientos de jardineros aficionados.
Hace cinco años, Philipp Olsmeyer, habitante del barrio de Södermalm, también en Estocolmo, quiso que éste fuera un área todavía más verde, y contactó a las autoridades locales con su idea para el Trädgård på spåret (en sueco, “jardín en pista”). “Ahora hay alrededor de 200 jardineras aquí; algunas pertenecen a la asociación y otras a las escuelas”, explica.
A unos cuantos kilómetros de distancia, el Jardín de Rosendal es una granja popular entre los amantes de la comida, que disfrutan de los vegetales, las frutas y las hierbas que se ofrecen en la cafetería del invernadero.
Pelle Mattsson conjuga su trabajo como ilustrador y diseñador gráfico con la jardinería en Rosendal, una labor que permite a los habitantes de la ciudad estar en contacto con los cambios de estaciones. “En Suecia, la jardinería está basada en los ciclos estacionales, así que es una buena combinación”, afirma: “Algunos días en el estudio, dibujando, y otros en el jardín”.
Texto: Helena Soderpalm